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La Divinidad de Jesús

Jesús es el Mesías, Dios Encarnado. Esta verdad revelada por los libros del Nuevo Testamento es la base de nuestra fe. Sin embargo, encontramos personas que, a lo largo de los siglos han tratado de destruir esta doctrina basada en los Evangelios. Los «Nicolaítas» (Apocalipsis 2,6), «Arius» en el siglo III y los «Testigos de Jehová» son del número. Los versículos principales sobre les que se apoyan los negadores de la Divinidad de Cristo son los siguientes:

  1. Jesús dice: «El Padre mayor es que yo.», Juan 14,28. Por lo tanto, no es Dios, ya que es inferior.
  2. Hechos 2,22: Jesus.. es hombre
  3. Romanos 5, 15: La gracia de un solo hombre.
  4. 1 Timoteo 2, 5: Y también un solo mediador, Cristo Jesús, hombre también.

Llegan a la conclusión por estos versículos que Cristo es un hombre por lo tanto, no Dios.

Respuesta al primer punto

Juan comienza su Evangelio de la manera siguiente:

«En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios… y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros..» (Juan 1, 1, 14).

El Verbo de Dios, Jesús se hizo carne, se agacha en el hombre y toma un cuerpo humano. Esta condición humana es inferior a la naturaleza divina, pero no la cancela. Jesús es entonces hombre y Dios. Él es Dios encarnado. Por lo tanto, Jesús tiene razón cuando dice que el Padre, como Espíritu Eternal es más grande que Él como cuerpo temporal creado.

Esto es lo que Pablo nos explica en su letra a los Filipenses 2,6-11:

«El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo (al plan de Dios) hasta la muerte y muerte de cruz. Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre (divino), que está sobre todo nombre. Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jesús es SENOR para gloria de Dios Padre».

Respuesta a los puntos otros

Jesús es verdadero hombre. Pero eso no significa que no es Dios quien tomó la «forma de esclavo para comportarse como un hombre», como dice Pablo en el texto anterior. Jesús es Dios y hombre. Su divinidad aparece en textos varios del Evangelio:

  1. Él es el Verbo de Dios encarnado como le revela Juan (Juan 1, 1-14).
  2. «Antes de que Abraham existiera, Yo Soy», dice Jesús (Juan 8, 56-59). .. Con la gloria que tenía a tu lado antes que el mundo fuese (Juan 17, 5).
  3. Los Judíos entienden que Jesús llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose a sí mismo igual a Dios (Juan 5, 18/ 10, 33).
  4. Le dice Felipe: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta.». Le dice Jesús: « ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: «Muéstranos al Padre»?
  5. Tomas reconoce la divinidad de Jesús después de su Resurrección y le dice: «Señor mío y Dios mío.» (Juan 20, 27-29).
  6. «…el Cual está por encima de todas las cosas, Dios bendito por los siglos. (Romanos 9, 5).
  7. «Porque en él (Jesús) reside toda la plenitud de la Divinidad corporalmente» (Colosenses 2, 6-9)
  8. En estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo a quien instituyó heredero de todo, por quien también hizo los mundos (Hebreos 1, 2)«… con superioridad sobre los Ángeles (Hebreos 1, 4).. »Y nuevamente al introducir a su Primogénito en el mundo dice: Y adórenle todos los ángeles de Dios (Hebreos 1, 6). Esto contradice los Testigos de Jehová que afirman que Jesús es la encarnación del Arcángel Miguel, ya que «Jesús es superior a los ángeles», que, entonces, deben «adorarle».
  9. San Pablo dice también: Pues ha sido juzgado digno de una gloria en tanto superior a la de Moisés, «en cuanto la dignidad del constructor de la casa supera a la casa misma. Porque toda casa tiene su constructor; mas el constructor del universo es Dios…» Jesús es entonces el «Constructor» de Moisés y de todo el Universo (Hebreos 3, 3-4) y el Constructor no es otro que Dios.
  10. «Aguardando la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo…» (Tito 2, 13).

La divinidad del Mesías en el Antiguo Testamento

  1. La necesidad de la venida de Dios mismo en la tierra se siente profundamente por el profeta Isaías en el siglo VIII antes de Cristo. Isaías tiene sed de esta venida y dice:

    ¡Ah si rompieses los cielos y descendieses (Isaías 63, 19)

    Los nombres dados al Mesías por Isaías revelan su divinidad: «Siempre Padre» y «Dios Fuerte (Isaías 9, 5).

  2. El profeta Ezequiel vio al Mesías como un ser con forma humana que el aspecto de la gloria de Dios. (Ezequiel 1, 26-28).
  3. El profeta Miqueas en el siglo VIII antes de Cristo revela que los días del Mesías esperado vuelven al día de la Eternidad (Miqueas 5, 1).
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